Buenos días a todos. Después de capear la primera gripe de la temporada, deseo informaros de la eficacia y amabilidad en el trato al cliente de dicho centro situado en Alemania.
Tomando la dirección que proporciona Jesús War (muchas gracias Jesús por tu gentileza) en su magnífico blog, envié a reparar dos Zippos. El primero tenía una holgura enorme en la bisagra y la tapa me bailaba de babor a estribor que parecía estuviese atravesando el Cabo de Hornos.
En el segundo, los anclajes estaban desprendidos y, consecuentemente, la tapa y el cuerpo estaban sueltos. Tambien, el insert de éste hacía años que se había quedado atorado y era imposible extraerlo sin dañar el encendedor. No les dije que no llevaba el tornillo original de la piedra y no tenía la tapeta de fieltro por considerar que era un tema ajeno que no les atañía.
Les expliqué el problema de cada uno de ellos acompañándolos de su correspondiente croquis y los envié el día 7 del pasado mes de Septiembre. Yo calculaba que, con un poco de suerte, antes de Navidad los tendría de vuelta a casa, pero mi sorpresa fué grande cuando este pasado miércoles, 14, me hacen entrega de un paquetito muy curioso en el que, al abrirlo, lo primero que veo, muy bien doblado, es el sobre acolchado en el que los envié junto con mi carta y los dibujos explicativos. Los dos Zippos estaban en perfecto estado, reparados, con piedra nueva (yo los había mandado sin) y....aparte de los originales de cada encendedor, me habían regalado dos inserts nuevecitos, dos, perfectamente apertrechados "con todos los hierros", como dicen los cubanos. Es más, mi asombro fué en aumento al ver que incluso habían reemplazado el tornillo de la piedra por uno auténtico y habían puesto la tapita de fieltro !!.
La verdad es que no me esperaba un detalle así. Denota una amabilidad y ganas de complacer a los "Zipperos" muy grandes. Una bonita forma de hacer clientes.
Tres Hurras por los "Zi(ppo)rujanos" !!
