La fabricación es ridículamente sencilla:
Material: dos tableros de corcho tamaño folio (un mortadelo cada uno en un todoacién), un par de escuadras pequeñas para fijarlos (en toda caja de herramientas que se precie), dos varillas de fibra de vidrio del armazón de una cometa (euro y medio en el Decathlon), ochenta centímetros de tela traslúcida (una funda vieja de almohada) y medio metro de hule blanco (robado del mantel)
Herramientas: Destornillador, grapadora.
En primer lugar, sujetamos los dos tableros en ángulo recto, empleando las escuadras. Con la grapadora, sujetamos las varillas de fibra formando el domo.

En mi caso, he reutilizado el escenario de un diorama viejo, de ahí el color negro.
Ahora, grapamos el hule de forma que quede algo abolsado, sin llegar a tocar del todo la unión de los planos. Eso nos dará sensación de profundidad.

Por último, nos limitamos a echar la tela por encima del domo.

Conviene ahora colocar focos de luz encima, enfrente y a los lados (el foco de enfrente conviene cubrirlo con un folio porque será la única fuente de luz no tamizada), y el resultado es que eliminamos los brillos y los contrastes.

Hope it helps...